lunes

Vista vertical de un mundo horizontal


El color de los recuerdos grises.

Hoy salí a andar y sabes...
ya no soy el mismo,
no sé dónde me perdí,
no puedo dar marcha atrás,
no puedo recoger mis migajas
abandoné aquello que deseaba;
el payaso de jotamario dice incoherencias en la tele y no sabe cuánto lo odio,
él lo ignora y mi odio se vuelve ineficaz.

Esperé a que algún día el mundo fuese un lugar mejor
pero jamás pasó,
sólo cambié el canal y cerré los ojos;
tan plástico como la sonrisa de una modelo callé,
te amaba tanto que cualquier movimiento era riesgoso para mí,
era mi límite y no lo sabías,
estuve demasiado loco como para que tú lo entendieras,
comí miedo y los delfines me importaron poco.

Aprendí que estoy hecho para tocarte sin tenerte,
sin alcanzarte,
eres el objeto fugaz de la belleza universal,
una diosa demasiado tersa,
como cristal de hielo,
demasiado para alguien que prefiere no bañarse los domingos;
si tan solo no estuvieras lejos...

Cuando se nos arruga el corazón pensamos que no debemos aferrarnos a nada que no podamos abandonar en cinco segundos,
pero ya es tarde,
todo viene, deja su rastro y luego se va,
es el equilibrio natural de la existencia,
es la única certeza;
¿qué podía esperarse de alguien a quien le da miedo la oscuridad?

El silencio tiene capas y sólo las escuchamos cuando estamos vacíos;
invento sueños que podrían ser reales pero mi voluntad no llega hasta allá,
mi voluntad no llega tan lejos,
mi voluntad está aquí conmigo,
estancada en mis tontas indagaciones;
tengo la sensación de que se instala una nueva capa,
salgo y me embriago,
y resuelvo que el único jodido soy yo,
eres inocente,
eres tanto buena para mí,
con los defectos perfectos,
tarde o temprano descubrirás que soy un borracho vagabundo,
perezoso,
pésimo en la escritura y en el amor,
aveces pienso: el amor es una mierda o tal vez es que yo sea una mierda amando...

La distancia te hace bella,
más bella,
es un riesgo que hay que soportar,
será mejor quedarme quieto,
los sueños tienen filo,
y entonces vuelve el miedo,
mi miedo...

¿De qué estamos hechos los humanos que no podemos con la realidad?
una espera súbita nos separó para siempre,
un olor a distancia terminó nuestro pacto mientras el cielo decía: "hoy tengo ganas de llover".

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